Con el paso del tiempo, el deterioro de los edificios requiere de un mantenimiento que puede ir desde la mera limpieza de la fachada, hasta la reparación o reconstrucción de ciertos elementos. Es lo que conocemos como restauración arquitectónica, un concepto generalmente ligado a monumentos y edificios históricos. Y así es, la restauración arquitectónica pretende conservar nuestro patrimonio recuperando edificios históricos deteriorados, una forma de preservar nuestra huella cultural.
Pero la labor de los arquitectos restauradores va más allá. La restauración de obras arquitectónicas no se ciñe tan solo a la reconstrucción de catedrales y de otros monumentos más tradicionales dentro de la arquitectura histórica. También la arquitectura contemporánea tiene cabida en la restauración arquitectónica.
Recuperar, conservar o readaptar
La forma de intervenir en cada edificio no siempre es necesariamente la misma. Todo dependerá del tipo de edificio, de su antigüedad, del grado de deterioro que tenga y de las figuras jurídicas que lo protejan.
A grandes rasgos estas son las 3 formas de entender la restauración de edificios históricos.
- RECUPERACIÓN:
La restauración en el sentido más amplio de la palabra busca recuperar el edificio con su aspecto original, es decir, lograr una reproducción fiel de cómo fue (mismos materiales, mismas formas, mismo elementos arquitectónicos…). Se trata de conseguir que los trabajos de restauración se noten pero no se vean, de conseguir la sensación de haber viajado en el tiempo y de estar en el edificio original.
- CONSERVACIÓN:
Otra forma de concebir la restauración tiene más que ver con la conservación y no con la recuperación propiamente dicha. Los defensores de esta tendencia hablan de mantener la autenticidad de lo existente. Es decir, evitar que el edificio se deteriore a través de los trabajos de conservación pertinentes, pero que esas nuevas intervenciones se aprecien, por el uso de otros materiales o de otras técnicas arquitectónicas. En definitiva, que lo nuevo se distinga de lo original, que el legado histórico destaque. Se trata de reparar más que de restaurar.
- READAPTACIÓN:
Así mismo, hay una tercera tendencia que defiende la intervención creativa en el monumento, incorporando los estilos arquitectónicos vigentes en el momento de la restauración.
Fases de una restauración arquitectónica
Sea cuál sea la forma de restauración elegida, en todo proyecto de restauración arquitectónica contemplaremos las siguientes fases:
- Análisis y documentación: Primero se debe analizar el deterioro para saber cuál es la patología constructiva a reparar y poder proponer la mejor solución. Esa primera toma de contacto debe ir acompañada de todo un proceso de documentación que nos permita conocer a fondo el edificio y tener claro cuál era el aspecto original del mismo. En esta fase juegan un papel importante historiadores, paleógrafos o arquitectos.
- Financiación: Otra parte del trabajo en un proyecto de restauración arquitectónica es la financiación, la gestión de posibles subvenciones, públicas o privadas, que pueda recibir la recuperación del edificio.
- La obra: Una vez finalizada la fase inicial y con el proyecto redactado, podremos comenzar con los trabajos de restauración pertinentes.
- Seguimiento: Cuando la obra en sí finaliza, la labor de restauración no termina. Comienza la fase de seguimiento para atender consultas y reclamaciones.
En Gurtek, como empresa de restauración y conservación, estamos durante todo el proceso, tanto en la fase inicial como en la de seguimiento, y por supuesto en la obra, supervisando que los trabajos de restauración marchan según lo previsto.
Ejemplos de restauración arquitectónica
Al principio de este texto ya explicábamos que la restauración arquitectónica abarca muchos campos, y no es necesario ser un importante monumento histórico declarado Patrimonio de la Humanidad para requerir una cuidadosa rehabilitación. Es el caso de algunos proyectos que os presentamos a continuación, como estos dos hoteles ubicados en San Sebastián.
Uno de ellos es el Hotel Lasala Plaza, frente al puerto donostiarra. En este edificio de 1917 se trabajó para mantener las características arquitectónicas originales de su histórica fachada de piedra arenisca, mientras que por dentro se eliminaron algunos pilares innecesarios.
El segundo hotel al que nos referíamos es el Hotel Zenit, que se erige en pleno centro de la Bella Easo, tras la fachada clásica de un antiguo convento construido en 1887 con piedras de la cantera de Igeldo. Más de un siglo de historia que se quería mantener.
De arenisca también son las fachadas de este otro edificio ubicado en la calle Prim de la capital donostiarra. Nuestro equipo de arquitectos restauradores se ocupó de la rehabilitación de fachadas y balcones, estos ya muy deteriorados. Así mismo, se colocó una protección de Zinc en la cornisa de la última planta y se realizaron tareas de limpieza e hidrofugado de todo el conjunto.
La rehabilitación del Seminario de Ontaneda en Cantabria es otro de los proyectos que gestionamos desde Gurtek. En este caso, se realizaron diferentes trabajos de adecuación, tanto de aulas y estancias como de accesos y recorridos.
Esta es solo una pequeña muestra de lo mucho que se puede hacer en el campo de la rehabilitación y restauración de patrimonio. Aquí podéis ver más ejemplos de restauración arquitectónica.